Humus de lombriz
En el capítulo anterior hablábamos de todo lo que puede producir una pequeña vermicompostera doméstica… ¿Os acordáis?
Una vermicompostera de 15 litros podría generar hasta 10 litros de humus al año, y si nos vamos a una de 100 litros, la producción puede llegar a los 60 litros. ¡Una barbaridad para un sistema tan pequeño!
Eso nos deja con una pregunta muy lógica… ¿Qué hacemos con todo ese humus?
Si queremos utilizarlo para cultivar hortalizas en macetas, como tomates, lechugas o rabanitos, lo mejor es no usar el humus puro. Lo ideal es mezclarlo, y que represente entre un 20 y un 30 % del volumen total del sustrato donde vayamos a cultivar.
Sin embargo, si utilizamos las macetas como un huerto y realizamos una cosecha tras otra, mucha gente se preguntará: ¿cada cuánto hay que volver a fertilizar?
Pues depende un poco de lo que cultives, pero en general basta con añadir humus al principio de cada temporada. Por ejemplo, si haces dos siembras al año por maceta, con medio litro a un litro por maceta cada vez es suficiente.
Exacto. Lo puedes aplicar como mulch, por encima, o mezclado ligeramente con el sustrato. El humus no solo nutre la planta, también mejora la tierra: retiene humedad y activa la vida microbiana… ¡es oro negro, vamos!
Así que, si calculamos bien, podríamos fertilizar de forma sostenible entre 10 o 20 macetas con una vermicompostera casera como la nuestra. Y más de 130 si añadimos nuestra compostera de 100 litros.
¡Más macetas de las que tenemos ahora mismo en el jardín!
Exacto, eso quiere decir que nos sobra humus. Pero no hay que preocuparse, en Sevilla hay huertos urbanos ecológicos —como el de la UPO, donde tenemos una parcela— que aceptan donaciones y a cambio te dan plantones, semillas, asesoramiento… ¡o hasta parte de la cosecha!
Así que, con una vermicompostera bien cuidada, no solo nutres tu jardín, también puedes tejer redes con tu barrio o con los huertos urbanos vecinos. Porque al final, al compostar no solo alimentas la tierra, sino también las relaciones y la imaginación.
Y hablando de imaginación… En el próximo episodio exploramos cómo podemos utilizar ese humus como biomaterial de construcción.